viernes, 17 de junio de 2016

¡Pillada Bohemia de La Pepa y Gemma!


Era día de ensayo para el Grupo de Teatro Bohemios, y me dispuse a ir al Centro de Adultos Antonio Gala. Esta vez quería sorprenderles de verdad y hacer una ¡Pillada Bohemia! de las buenas. No se oía nada conforme me acercaba al Centro, y pensé que aún seguirían ensayando por whatsapp. Pero entré, y no había nadie en el Salón de Actos. Escuché unos ronquidos que provenían del Aula de al lado, y abrí la puerta. Los ronquidos, provenían de una gran mata de pelo rizado que estaba durmiendo sobre una mesa. Entre sueños, decía algo cómo “…la ventana… que se cae la ventana…”. Primero hice la foto que adjunto abajo, y después intenté despertarla. Se removió un poco, sacó la cabeza poco a poco de entre los pelos rizados, como cuál caracol, y vi que era Pepa, más conocida como La Pepa. Con voz adormilada me contó que ya habían terminado los ensayos, y que no se lo habían dicho. Y que les pareció raro, que llegaran las primeras. ¿Las primeras? ¿Por qué hablaba en plural? Me dijo, que aún le continuaba la resaca de la fiesta final que tuvieron, y que Gemma iba acompañarla a su casa, pero se perdió, me dijo La Pepa, mientras volvía a esconder la cabeza entre sus rizos. “Bueno, estoy perdida en parte” dijo la voz de Gemma con eco en algún lugar lejano. Asombrado, miré por todos lados, y Gemma no estaba por ningúna parte. “¿Esa voz es de Gemma?” le pregunté a La Pepa. “Si, está perdida ahí dentro. Se la oye, pero no sé donde está”, contestó ella. ¿Ahí dentro, en el Salón de Actos? me pregunté. Pero la voz de Gemma, volvió a hablar, “¿Sabes que pasa? Pues que el día de la fiesta, acompañé a La Pepa a su casa, y en mitad del camino, tropezamos las dos, y me caí aquí dentro”. “Pero ¿dentro? ¿dónde?” pregunté asombrado. “¡Jo! ¡Pues aquí dentro! Dentro de la cabeza de La Pepa. Entre sus rizos. Es que no sé salir. Por favor, dadme un mechero o algo”. “¡No, que me quemas!” dijo La Pepa con voz muy adormilada. “¡Tu calla! Por favor, búscame un mechero, o unas tijeras. Es que sino, no veo la manera de salir de aquí”, replicó Gemma. Poco a poco, y entre los ronquidos de La Pepa, que volvían a retumbar otra vez, me fui retirando, caminando hacía atrás con mucho cuidado, y con mucho miedo, de que La Pepa me engullera en su mata de pelo rizada. Gemma, seguía hablando, pero yo, ya no la podía escuchar. Salí a la calle, me alejé del Centro de Adultos Antonio Gala, y mientras caminaba calle arriba, pensé: Si no hay actuaciones, no hay ensayos. Y si no hay ensayos, ya no hay más “pilladas”. Así pues, con ésta, se dan por finalizadas las ¡Pilladas Bohemias! Ha sido un placer haber compartido estos momentos con todos ustedes. Espero que les hayan gustado, se lo hayan pasado bien, y que nos volvamos a ver pronto. Que tengan unas felices vacaciones, y... ¡cuidado con los paparazzis!

La Pepa y su Mata de Pelo Rizado.






No hay comentarios:

Publicar un comentario