jueves, 2 de junio de 2016

¡Pillada Bohemia de Esther!



 

Una de las cosas más curiosas del Grupo de Teatro Bohemios, es que siempre están haciendo de las suyas, y no te dejan descansar tranquilo. La siguiente ¡Pillada Bohemia! Está protagonizada por Esther. ¡La que lía esta señora! ¡Este miembro del grupo es el peor de todos! El caso es que acudí a uno de los ensayos tranquilamente. Error, no puedes ir a ver a los bohemios tranquilamente. Y bueno, no sé que les pasa, pero aún siguen estando como la última vez que les vi. José subido a una silla; Manolo con el donut verde mohoso en el dedo anular, oliendo a rayos; Prado desmayada en la silla, expuesta a los alumnos en el hall del Centro de Adultos Antonio Gala (con tres señoras rezándola y encendiendo velas constantemente), junto con unos folios de firmas, para pedir que se haga peregrinación a su persona, ¡¡¡el día de la Virgen del Prado!!!; y Paco con su peluca multicolor, que ahora le gusta, y no se la quiere quitar. Lógicamente, ese día no ensayaron nada, ya que Esther entró por la puerta (como cada día de ensayo), y vio en la columna del Salón de Actos, un mural con fotos. Un mural compuesto por una cartulina DIN-A3 de color rosa, del mismo color rosa que la blusa que llevaba puesta ese día Esther. Y claro, la burla fue monumental por parte de todos: que llevaba una blusa de cartulina y que si llovía se le mojaba y se quedaba desnuda, que si parecía la madre de la Pantera Rosa, que si se creía que el ensayo era un jardín de rosa, que si se debería de cambiar el nombre a Rosa, etc., Y Pi ¡imagínense! cada vez que escuchaba la palabra “rosa”, gritaba “¡¡¡osa, osa, osa, osa, osa!!!” Y claro, le aclaraban que no era “osa”, sino Pantera. Y ella seguía “¡¡¡era, era, era, era, era!!!”. La fotografía la disparé en el momento que Esther, estaba intentando explicar que su blusa no era de cartulina, sino que era el mural el que estaba hecho de tela. Miren, más absurdo imposible. Aquello era un esperpento de argumentos, ya que el resto del equipo, dejando las bromas a parte, intentaban hacer entrar en razón a Esther, de que el mural era de cartulina rosa, y que no era de tela. Pero Esther seguía erre que erre con sus argumentos, mientras no dejaba de gesticular con los brazos muy enérgicamente. En ese momento un alumno sordo de la escuela, entró por error al Salón de Actos, y se pensaba que la clase de lengua de signos ya había comenzado. Pero le dijimos que era en la segunda planta, y se fue. Al final del NO ensayo, a Esther, de tanto gesticular, se le dislocaron los brazos. Fue en ese momento cuando todos comenzaron a reír a carcajadas. Y estuvieron 10 minutos intentando esquivar los manotazos involuntarios, de una Esther con los brazos fuera de su sitio. Mientras ocurría aquello, yo intenté irme sin que me vieran. No podía soportar estar allí más tiempo, o de lo contrario acabaría Trastornao. Al mismo tiempo que me iba, Esther gritó: ¡¡¡Dejaos de reír, hermosos!!! A lo que Pi, automáticamente gritó: ¡¡¡osos, osos, osos, osos, osos…!!! Cuando salí del Centro, vi varios camiones del zoológico, y varios funcionarios con redes, que entraban al Centro. Pero miren, ya no tenía ganas de averiguar nada. Yo solo quería irme a mi casa a descansar.

Esther y la blusa rosa de cartulina.




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