viernes, 29 de abril de 2016

¡Pillada Bohemia de Paco!


Ya era 29 de abril, y por fin me terminé de comer la última torrija de Semana Santa. Empachado, me dispuse a relajarme en el sofá para ver el programa de mano, del Barrio de Larache, ya que el grupo de cómicos Bohemios de Ciudad Real, actuaban allí al día siguiente, dando comienzo la gira de la temporada. Pero no pude, mi móvil comenzó a sonar enérgicamente. Contesté, y al otro lado, parecía estar la voz de Pi Modroño. Solo dijo tres palabras, pero se entrecortaron y solo pude entender la primera letra de cada palabra. Entendí: “S………O………S………”. No sabía qué quería decir. Viniendo del Grupo de Teatro Bohemios, lo mejor era ir tras la noticia, y ya de paso hacer una “¡¡¡Pilladaaa Bohemiaaa!!!” (si lo anterior lo habéis leído gritando, ya puedo dormir tranquilo, porque mi cometido era ese). Salí a la calle, y tranquilamente, fui andando al Centro de Adultos Antonio Gala. No fui corriendo, no había ganas, porque una pasta densa de torrijas, aún estaban digiriéndose en mi estómago lentamente. Entré al Centro, y no me encontré a nadie, solo gritos que provenían del fondo: “¡¡¡Déjanos saliiiiiir, déjanos saliiiiiir!!!”. Me acerqué a esos gritos, y encontré a Paco Alberola haciendo presión sobre la puerta del baño, evitando que se abriera desde dentro. Al parecer, Paco, había encerrado en el baño a todos los miembros del grupo. El por qué no me interesaba en ese momento, y realicé la foto del milenio que adjunto más abajo (pero no bajes aún y termina de leer). Encontraba a Paco un poco raro, y no sabía lo que era: ¿corbata nueva? ¿se había afeitado? ¿calcetines nuevos? ¿dientes de oro? ¿siete dedos en una mano? ¿chalet en el campo? ¿vendo coche usado? ¿doy clases particulares? (lo siento, los dos últimos era por si colaba). Pero no, llevaba puesta una peluca de pelos para la cabeza. Dicha peluca de pelos para la cabeza era de varios colores. Al parecer, ese era el aspecto que Pi le impuso a Paco, para actuar en la obra. Paco se negó en rotundo, y decidió encerrar a Pi en el baño. Entonces mi duda surgió ¿y el resto que culpa tenía? “Mejor no preguntes”, me dijo Paco. Entonces, le hice entrar en razón para que les dejara salir de allí, y que sobretodo, les pidiera perdón. Y así fue. La puerta se abrió, y pude verles a todos allí dentro como sardinas en lata. Prado seguía desmayada, Manolo seguía con el donut (un poco verde ya) en el dedo corazón, y José estaba subido en la taza del váter quejándose muy alto. Me quedé sin carrete y no les pude fotografiar. Entonces, le dije a Paco Alberola, que si no le gustaba la peluca de pelos para la cabeza, que se la quitara y ya está. A lo que Paco respondió medio llorando: “¡Es que Pi me la ha pegado con pegamento, y no me la puedo quita!”.

Paco Alberola con Peluca de pelos para la cabeza.