Tras la falsa alarma de
“osos” en el Centro de Adultos Antonio Gala, los funcionarios del zoológico,
tuvieron que recoger las redes y volver por donde habían venido. Así fue como
terminó la última aventura del Grupo de Teatro Bohemios. Yo pasé unos días sin
levantar cabeza, y entre ratos en la cama, y ratos con los pies en remojo,
mojo, mojo, estuve a base de tranquilizantes, pero antes, antes, porque hoy,
hoy estoy mucho mejor. Decidí dar un paseo por el parque. Realmente todo era
muy relajante: los pájaros cantaban, la brisa me daba en la cara… todo era tranquilidad
¡hasta que me sonó el maldito móvil! Pi Modroño al otro lado: “Oye, que voy a llegar
tarde, tengo un lío de aúpa. Id ensayando sin mi… si podéis”. Asombrado, pregunté: “¿Pi?”. Y ella contestó: “¡¡¡3,1416!!!... ¿ein?... ¡Ah, que eres el de las pilladas bohemias! Perdona,
me he confundido, no quería llamarte a ti”. Y me cuelga. Sin embargo, la
curiosidad pudo conmigo, y fui corriendo al Centro de Adultos, a ver que estaba
ocurriendo. Me olía a una nueva ¡Pillada Bohemia! Normalmente en otras
ocasiones, las voces de los Bohemios, ya se les oía desde la esquina, pero
ahora no se escuchaba nada, bueno, si, se oían unos pájaros. Pensé en la
película de Alfred Hitchcock, me dio miedo, y entré al hall con cuidado, subí
las escaleras, pasé junto a La Prado Yacente, volví a pensar en Alfred
Hitchcock y el Norman Bates de “Psicosis”. En esta ocasión La Prado Yacente tenía un ojo
abierto, que miraba a su brazo derecho caído, en cuya mano tenía un móvil y estaba ¡con
el whatsapp! No entendía nada, y me acerqué a la puerta del Salón de Actos. ¡Se
oían pájaros cantando! ¿Y… la canción de Los Pajaritos de María José y su
Acordeón? Entre y vi algo único, todos estaban en silencio, con los móviles en
la mano, y la canción de fondo sonando. Al parecer, como Pi iba a llegar tarde,
y no se podían permitir perder ensayos, a Chari Domínguez, la benjamina del grupo, se le
ocurrió que el ensayo de aquella tarde, fuera por whatsapp. De ahí, que se
escucharan los pajaritos del sonido de los whatsapps. Y Javier, el técnico de
sonido, aprovechó y puso la conocida canción. José estaba bailando subido en la silla,
de pie con el móvil en la mano y con el brazo levantado hacía el techo, al
parecer no tenía buena cobertura, y le dijo a Chari que la sustituyera en su
papel, ya que él, no podía encontrar el satélite. Así que Chari, para
interpretar bien el papel de José, se subió a la mesa, y se sentó en ella. A la
derecha vi a Paco, también bailando, con su peluca multicolor, que resplandecía
impoluta, luego me enteré que se la había lavado con champú para bebés. Por
otro lado, estaba Esther con los brazos aún dislocados. Esther no podía hacer
los gestos con los brazos. Ella, intentaba bailar sentada en una silla sin
zapatos (sin zapatos Esther, no la silla. Las sillas no usan zapatos), con el móvil
en el suelo, y usando los dedos de los pies para escribir los whatsapp al Grupo
que se había creado. Y Manolo, algo extraño, sentado a la mesa con el móvil
sobre ella, sin donut ya, pero con el dedo levantado y mirando al techo
¿Buscando cobertura con el dedo? ¿No escribía? ¿Quién escribía sus diálogos? No
sé. Sin embargo, me llamó la atención lo rápido que escribía Chari los diálogos,
a razón de ¡1.000 caracteres por segundo!. Su dedo pulgar no se veía a penas, de
lo rápido que escribía. Si, si, con un pulgar, tenía tanta destreza con el
móvil y el whatsapp, que se tomaba la licencia de escribir con una sola mano.
En ese momento, pensé en Superman, después en la velocidad de la luz, después
en tomarme un batido de chocolate, después en Flash Gordon, y finalmente en el
Flash de mi cámara. Así pues, para poder captar en pausa, esa maravilla de dedo
moviéndose a 1.000 por hora, adapté la exposición, la velocidad de obturación,
todos los números “efes” posibles, metí en la cámara varios ISO´s, configuré un
enfoque apropiado, y… disparé. Pero, lo más impactante de todo, no fue que
capté a Chari perfectamente encuadrada y sin moverse, sino que al fondo, pude
apreciar que Manolo, estaba también escribiendo whatsapp. Al parecer, bajaba su
brazo, momentáneamente para escribir su texto. Y eso lo hacía entre palabra y
palabra, tan rápido, tan rápido, que parecía que no se movía de su posición
original. A continuación comparto esa mágica foto. Estoy por mandársela a Iker
Jiménez.
Chari y su Dedo-WhatsFlash´pp. |
josus, que acontecimientos sos pasan.
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