Hace unos días, me llegó el rumor de que el Grupo de Teatro Bohemios, ya estaba iniciando los primeros ensayos de su nueva obra. Así pues, me dispuse a ir al lugar donde ensayan, en el Centro de Adultos Antonio Gala. Me encontraba aún a 5 kilómetros de distancia del Centro, pero ya pude escuchar las voces de uno de los actores gritando. No comprendí cómo se podían oír desde tan lejos, y aligeré el paso intrigado. Antes de llegar al Centro de Adultos, aproveché, y pasé a una farmacia para comprar tapones para los oídos. Le dije al farmacéutico lo que quería, pero no me oía, se lo grité, y nada. Él también se había puesto unos tapones para los oídos, por lo que tuve que escribirle lo que quería en un papel. Cuando llegué a la puerta, las voces atronadoras eran cada vez más altas. ¿Qué estaba ocurriendo allí? ¿Interpretarán una obra de teatro sobre Tarzán o King Kong, y aquellas voces tan altas formaban parte del método Stalisnavsky? o ¿era la directora, que estaba muy enfadada porque sus actores no se sabían aún el papel? Cuando me asomé por la puerta y entré sin que me vieran, pude apreciar lo que estaba sucediendo. Al parecer, la directora Pi (para los amigos 3,1416), le había pedido a uno de los actores, que tenía que acostumbrarse a hablar alto en escena. Decía que no siempre la acústica de los lugares de representación, iba a ser la misma. Así que el actor, para hablar más alto, se subió a una silla. Instante en el que mi dedo apretó el botón adecuado para realizar esta impresionante fotografía.
José González, hablando alto. |
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